Con una sensación única después de disfrutar la bestialidad de Dettifoss, seguimos el séptimo día de ruta y tomamos la carretera nº1 dirección este para llegar a Eggilstadir. Hay que señalar que a 30km de esta ciudad, la carretera se vuelve de grava pero es totalmente practicable. En este trayecto se pueden disfrutar de las cimas más imponentes de las tierras altas como la de Herðubreið que destaca por su cima aplanada.
Nuestra ruta por los fiordos orientales fue bastante rápida aunque por supuesto, fuimos parando en los grandes sitios de interés según íbamos bajando por la carretera.
Una vez en Eggilstadir toca rellenar la despensa. Ésta es posiblemente la compra más grande del viaje ya que no encontraremos Bonus hasta llegar a Reijkavik.
De nuevo en la furgoneta, atravesamos el pueblo para coger la carretera 93. Una serpenteante vía nos sube hasta lo alto de una montaña que nos da paso a Seyðisfjörður, un precioso pueblo al inicio del fiordo del mismo nombre. Seyðisfjörður te recibe con una gran calma flanqueado por las cimas nevadas del fiordo e impregnado de un gran ambiente cultural y varios museos.
La economía local se basa principalmente en el turismo, sobre todo los jueves que llega un ferry desde Hirtshals en Dinamarca, Reino Unido o Bergen en Noruega. Esas noches hay conciertos de jazz en los bares y el ambiente es más movido el resto de días de la semana.
Después de la visita nos dirigimos a ver Mjóifjörður, conocido por la imagen del pesquero encallado en la orilla. Salimos por la carretera 93 de vuelta hacia Eggilstadir, hasta ver el cruce con la 92- Aquí giramos a la izquierda hasta llegar a la bifurcación con la 953. Esta carretera no llega a ser F pero no está en muy buen estado. Se puede transitar en coche o furgoneta pero siempre y cuando no se lleve nada de remolque. La dificultad radica en las continuas subidas superiores a un 20% de desnivel con piso de grava. Si esta embarrado o está lloviendo, con un coche normal puede que tengas problemas al subir o bajar los desniveles.
El trayecto es de unos 20km. Google Maps te marcará que lo recorres en 20 minutos pero es tiempo es adecuado si dispones de un 4×4 o un coche bien preparado. En nuestro caso, con la camper tardamos alrededor de una hora. A pesar de todo, el trayecto en sí mismo es un viaje impresionante pasando por diferentes parajes, cascadas y montañas bañadas en oro del sol al atardecer. Merece la pena ir.
Una vez abajo parece que en cualquier momento van a desembarcar cientos de Drakkar. La soledad absoluta del paraje te hace retroceder a los tiempos de los vikingos y pensar que fue normal que se asentaran en estas preciosas tierras. Lo más representativo es el barco pesquero encallado en la orilla.
Si sigues por el camino llegas al pueblo del mismo nombre que el fiordo Mjóifjörður. Aquí viven apenas 16 personas y es un sitio muy adecuado para ver diferentes tipos de aves, sobre todo Frailecillos.
Después de una larga jornada que empezaba en Dettifoss y pasando por varios fiordos, decidimos buscar un camping para dormir esta noche. La mejor opción está en Reyðarfjörður, a media hora escasa del cruce de la 953 con la 92. El camping está al principio de Reyðarfjörður. Decidimos tomar esta ruta y seguir bajando por los fiordos para no volver a subir a Eggilstadir y bajar por la nº1 ya que ésta cruza más adelante con la 96 en Breiðdalsvík…pero eso será en el octavo día de ruta por el sureste que os cuento en el siguiente post.
Islandia I – Peninsula de Snæfellsnes
Islandia II- Zona Septentrional
Islandia III – Fiordos Orientales
Islandia V – Reykjavik y el circulo dorado
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