Después de 5 días sumidos en el absoluto caos de la capital tailandesa, toca despedirse y coger un vuelo local para visitar “La rosa del norte”, la ciudad más cultural y habitada del norte de Tailandia.
Los vuelos locales entre Bangkok y Chiang Mai son realmente baratos así que son la mejor opción frente a otros medios de transporte. Se puede volar desde el aeropuerto internacional de Suvarnabhumi o desde el aeropuerto de vuelos domésticos Don Muang. Desde este segundo, operan las aerolíneas Thai Airways o Nok Air. Los billetes cuestan alrededor de los 40€ por trayecto.
Desde el aeropuerto internacional operan las principales compañías nacionales aunque con menos horarios y precios más caros que desde Don Muang. La elección de volver al aeropuerto internacional fue simple, a éste se llega en Skytrain y metro fácilmente.
Una vez llegamos a la terminal del aeropuerto de Chiang Mai tenemos varias opciones para llegar a la ciudad, lo más rápido son los Taxis. Por unos 100 bth (será 150, no?) te dejaran en tu hotel o en la puerta de la muralla. Según sales por la puerta de llegadas, muchos comerciales de los taxis de precios fijos (150 bth, 3,5 €) te asaltarán para coger tu maleta y llevarte a tu hotel. Estos son precios innegociables, si te parecen caros puedes acudir a los taxis con taxímetro, los amarillos, pero en mi caso había bastante cola y preferimos coger el de precio fijo, por comodidad más que nada. Si tu presupuesto es más limitado puedes ir en el autobús; el nº 4 te dejará en la “old city” en 30 minutos. Aunque la espera puede ser larga porque solo hay 2 autobuses en el servicio y si lo pierdes, tendrás que esperar media hora.
La vuelta al aeropuerto se puede hacer en un taxi colectivo (60 o 70 bth) o en tuk tuk.
Una cosa a tener en cuenta para organizar tu presupuesto es que si coges los vuelos que salen a primera hora desde Chiang Mai a tu siguiente destino, será complicado llegar al aeropuerto de noche. Ningún transporte de los anteriores mencionados funciona por la noche. Lo más aconsejable es pedir un taxi en la puerta del hotel, aunque como lo consideran un “servicio especial”, el precio sube sustancialmente. El traslado puede costarte unos 300 bth.
Para moverse por Chiang Mai lo más aconsejable es alquilar una bicicleta o un ciclomotor de 50cc. Las distancias son aparentemente cortas y la mayoría de ellas se pueden cubrir andando pero es muy aconsejable contar con transporte si quieres hacer alguna visita por las afueras de la ciudad. Nuestra elección fue alquilar un día una moto para movernos por todos los templos y visitar Wat Dui Suttep, que está a unos 20 kilómetros del centro.
Además de los templos y mercados cerca se pueden hacer rutas de trekking y visitas a sanatorios de elefantes. Nuestra visita fue muy corta por lo que nos limitamos específicamente a la parte cultural de la ciudad. Además las visitas a los sanatorios de elefantes no forman parte de nuestra manera de ver el turismo, pensamos que aunque sea un sitio que cuida de los animales, sigue siendo, en parte, un centro de atracciones para turistas. Dejar que los turistas laven y cuiden a los elefantes nos parece que también les estresa por lo que preferimos no entrar en ese juego.
WAT CHEDI LUANG
Uno de los más importantes de Tailandia y el principal templo de la ciudad es Wat Chedi Luang. Su edificio principal data del siglo XIV y se tardó cerca de un siglo en construir. Llegó a ser tan importante que durante una época albergó el Buda de Esmeralda. Actualmente, el Chedi está muy deteriorado a consecuencia de un terremoto que asoló la ciudad.
En su esplendor, la torre llegó a una altura de 80 metros aunque después del terrible terremoto se quedo 40. El aspecto en ruinas del Chedi le da un aura especial porque no se encuentra en todo Tailandia un templo de estas características.
En lo alto de las empinadas escaleras nos encontramos cuatro puertas orientadas hacia cada punto cardinal que están decoradas con estatuas de Buda.
Rodeando el templo hay numerosas estatuas y pequeños templetes…rincones muy bellos para pararse un rato a descansar del calor. Los más significativos son el Buda reclinado que se encuentra escondido en una pequeña capilla y Acharn Mun Bhuridatto Viharn, un pequeño templo dedicado al famoso monje Bhuridatto muy venerado desde el siglo XIX. Destaca por su decoración de color negro y por la estatua hiperrealista del monje que alberga en el interior.
Pero lo primero que nos encontraremos al entrar en el recinto es la espectacular sala de rezos flanqueada por dos imponentes nagas en forma de dragón.
El interior está presidido por la estatua del Buda de pie conocido como Phra Chao Attarot, con dos discípulos a sus lados.
Con suerte se puede ver un rezo de los estudiantes budistas que residen en el complejo. Un momento de intensa espiritualidad que merece la pena observar por su sepulcral silencio y concentración.
Una vez cae el sol, la tranquilidad de la ausencia de turistas te permite pasear por el complejo disfrutando de su intensa quietud.
Muy cerca de Wat Chedi Luang se encuentra Wat Pundtow. Su sala de rezo es una bella estructura de madera oscura.
Wat Phra Singh
Cogemos la moto y nos dirigimos al final de la calle Ratchadamno, en dirección al segundo templo principal de Chiang Mai. Wat Phra Singh es uno de los más venerados del país, después de que el hermano del rey de Tailandia que falleció en el 2016, lo declarara Templo Real.
La fachada de un color dorado impoluto muestra la importancia del templo desde tiempos inmemorables. Custodiando la puerta se encuentran unas figuras con forma de serpiente que representan el poder de los budas contra los malos espíritus.
En el interior, el buda Phra Singh corona la sala de rezo, una estatua que fue traída de la India y durante el trayecto fue robada varias veces
En los alrededores hay numerosos templitos, estatuas de buda y una gran Estupa que en el 2016 estaba en obras. Resguardados del sol se pueden encontrar jóvenes estudiantes budistas que buscan mejorar su inglés compartiendo con los turistas las enseñanzas de Buda.
Puede ser muy gratificante pasar un rato charlando con ellos sobre el budismo y lo que significa para los jóvenes que se quieren hacer monjes.
De nuevo la noche puede ser una gran aliada para disfrutar tranquilamente del templo. La luna, con ayuda de grandes focos, ilumina los templos dando a las fachadas un aspecto más espectacular si cabe. La luz guía la vista hacia lo que realmente es importante obviando templos más pequeños y sacando a relucir toda su grandiosidad.
Por la noche, la cita imprescindible es el gran mercado nocturno con puestos y tiendas con todo tipo de artículos para los turistas. Hay tiendas especializadas en la talla de madera donde conseguir una buena pieza o simplemente un recuerdo barato de la visita a Chiang Mai. También hay sitios donde cenar.
Por el día las compras se limitan al mercado de Warorot. Los artículos que aquí se encuentran son productos de uso cotidiano para tailandeses con poco interés para el turista. El mercado se divide en dos grandes edificios y sus alrededores.
Lo más interesante está en los puestos callejeros donde se puede aprovechar para comer un tentempié mientras se visita la ciudad. Es un buen punto para descansar de la ciudad y de los templos o cogerle un poco el pulso a la vida real. En esta zona te puedes mezclar perfectamente entre tenderos y compradores y probar la cocina callejera de Chiang Mai. Salchichas, pollo o pescados son las comidas que se pueden degustar en este mercado, puedes elegir la pieza y te la hacen en el momento.
Wat Chiang Man
En la zona noroeste de la ciudad amurallada está Wat Chiang Man, el templo más antiguo. Fundado por el rey Mengrai en el año 1306, fue residencia oficial de monarca mientras se construía la ciudad.
El templo consta de dos salas de meditación o “Wihaan” y una gran Estupa de oro rodeada de los típicos elefantes tailandeses.
La sala principal tiene la fachada repleta de oro y en su interior alberga el Buda más antiguo de Chiang Mai. Las ventanas están rematadas con detallistas dibujos en color dorado.
La sala de meditación menor alberga dos pequeñas figuras de Buda. Phra Kaew Khao o Buda de cristal de tan solo 10 cm de altura y un antiguo Buda de mármol que data aproximadamente del siglo VIII y que se cree procede de Ceylan, la actual Sri Lanka.
Wat doi Suthep
Estos son los templos más significativos del interior de la ciudad amurallada pero hay una visita obligada que queda como a 20 km del centro. Wat doi Suthep es un templo muy venerado por los budistas y un importante centro de peregrinación. Recibe su nombre por la montaña sobre la que está construido.
Si vas con vehículo propio es muy fácil de acceder. En moto se llega en apenas 45 minutos. Cabe reseñar que si subes con un ciclomotor y sois dos en la moto, a ésta le costará bastante subir debido a la pendiente de la carretera, pero hay que armarse de paciencia y confiar en no gripar la moto.
Una vez allí, hay dos maneras de subir a lo alto del templo, un funicular o a pie por los 309 escalones.
El templo construido a finales del siglo XIV cuenta como elemento principal con una gran pagoda dorada que reina la montaña. Alrededor de ésta hay numerosos templos donde se pueden ver budistas dando ofrendas a los monjes y llamativas estatuas como una réplica del Buda de Esmeralda de Bangkok o la de Brama.
Es una visita para disfrutar sin prisas no solo de la arquitectura, sino de la gran cantidad de peregrinos que llegan hasta aquí. Es un templo cargado de espiritualidad que se tarda como mucho 1 hora en ver pero que, como digo, merece la pena tomarse con calma.
Nuestra decisión fue subir justo antes del atardecer, cuando la luz del ocaso pinta la Estupa y los templos de color naranja. Los turistas huyen hacia sus hoteles y solo se quedan los peregrinos dando vueltas alrededor del Chedi.
Cuando el sol cae por el horizonte, los monjes del templo realizan la plegaria a los pies de la Estupa. Solamente los pocos turistas que quedan pueden disfrutar de la quietud del rezo en un sitio histórico y especial.
La luna con la inestimable ayuda de la luz artificial ilumina cada rincón del templo. El templo va a echar el cierre pero antes una última vuelta por el Chedi para inmortalizarla en la memoria.
La vuelta en moto es divertida y algo arriesgada, hay que tener en cuenta que estos ciclomotores a veces no están en las mejores condiciones y bajar el puerto con dos personas puede resultar algo complicado, pero nada que no se pueda solucionar con un poco de paciencia.
Nuestra ultima noche la pasamos en el mercado nocturno antes de salir hacia Koh lanta en avión via Krabi, los pasos en el siguiente post.
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